¿Cómo de ecológica es tu chimenea?
Las chimeneas y estufas de leña han mantenido confortables los hogares de la humanidad desde hace siglos. Sin embargo, durante l siglo XX, el auge de las chimeneas de gas natural ha aumentado la popularidad gracias a la facilidad de uso, gran limpieza y fácil mantenimiento. La pregunta que surge a raíz de la conciencia ecológica del siglo XXI es clara: ¿son las chimeneas actuales más respetuosas con el medio ambiente que sus predecesoras?.
Chimeneas de leña
Pocas cosas pueden compararse con encender un buen fuego de leña al llegar a casa en un día frío. El crepitar de los troncos, el calor especial que ofrece y el espectáculo de un fuego vivo que baila para deleite de los habitantes de la casa. Sin embargo, a pesar del placer que proporcionan este tipo de instalaciones, muchos se preguntan acerca de si éstas poseen o no una huella de carbono que puede perjudicar a largo plazo en nuestro planeta.
Muchos lectores se sorprenderán al saber que la leña se considera el sistema de calefacción más respetuoso, si lo comparamos con el gas natural. El motivo es bien sencillo, la madera, a diferencia de los carburantes fósiles, es un recurso renovable. Sin embargo, en contra de lo que muchos piensan, la madera también contamina, aunque realmente poco en comparación con otros métodos calefactores.
A pesar de que la madera es un sistema ecológico a rasgos generales, lo cierto es que un mantenimiento inadecuado de su chimenea provoca que la eficiencia energética del sistema se resienta, haciendo que el gasto extra perjudique.
Chimeneas de gas
Es importante recordar que muchas chimeneas de gas son meramente decorativas y no tienen la capacidad de calentar una estancia entera. Esto suele ocurrir, sobre todo, en países nórdicos, donde los sistemas de calefacción centralizada son habituales y no se precisan chimeneas que calienten la casa, sino sistemas que únicamente creen ese ambiente especial que da el fuego. En estos casos, la chimenea de gas no actúa como una verdadera estufa y su poder calorífico reducido las convierte en muy poco agresivas para el medio ambiente.
Pellets
En la actualidad han aparecido nuevos modelos de chimenea, sistemas que utilizan combustibles limpios y renovables como los pellets. Se conoce por pellets a unos pequeños cilindros de serrín prensado capaces de generar grandes cantidades de energía calorífica. Este combustible es de tipo biomasa, es decir, se obtiene a partir de los desechos vegetales y no supone una agresión tan grande a las áreas forestales como la tala. Para la fabricación de este tipo de combustible se utilizan los residuos resultantes, por ejemplo, de las limpiezas forestales que se realizan con el fin de evitar los incendios. De este modo, se puede obtener madera sin tener que destruir árbol alguno.
Las chimeneas y calderas de pellets se caracterizan por ser limpias, prácticas y capaces de calentar grandes espacios. Al igual que sus compañeras de leña, las chimeneas de pellets producen gases nocivos para el medioambiente durante la combustión, sin embargo, éstos no son tan agresivos como los resultantes de la quema de hidrocarburos, es decir, no contaminan más que un coche, por ejemplo. Además, esta fuente de energía es totalmente renovable y tiene un bajo impacto en el medioambiente.
Siguiendo la estela de los pellets han aparecido nuevas formas de combustibles biomasas, acompañadas de sistemas capaces de sacarles el máximo poder calorífico sin renunciar a la eficiencia energética. El serrín, los huesos de aceituna o las cáscaras de frutos secos procedentes de la industria se están convirtiendo en soluciones inteligentes a un problema de todos, el medioambiente. Es más que probable que sean estas nuevas formas de obtener calor y fuego las que acaben imponiéndose en el futuro.