Las chimeneas de gas requieren una supervisión especial al menos una vez al año. Los motivos son variados, pero el principal y más importante es la seguridad. A pesar de que muchos propietarios de este tipo de instalaciones pasan por alto las revisiones, lo cierto es que son más que importantes. Esta semana, desde Chimeneas Llofrio hacemos un repaso por los principales motivos de este tipo de inspecciones de seguridad.
Si bien este tipo de chimeneas apenas requiere mantenimiento cotidiano, como sí ocurre con las chimeneas de leña, que requieren constantes labores de mantenimiento y limpieza; lo cierto es que hasta el mejor de los útiles se deteriora con el tiempo y puede convertirse en un problema cuando se abandonan las tareas básicas de mantenimiento.
Las chimeneas de leña deben limpiarse a fondo al menos una vez al año. Muchas personas optan por realizar esta revisión de la instalación inmediatamente después de los meses de verano, a mediados de septiembre, de modo que el sistema esté listo para emplearse durante el otoño e invierno.
Lo ideal para este tipo de tareas es contar con la ayuda de un técnico del gas, mucho mejor si conoce la instalación -ya sea porque ha realizado la inspección durante años, o porque es el instalador mismo quien la realiza-.
En el interior de la chimenea de gas pueden acumularse con el tiempo pequeños desechos que deben ser eliminados, pues pueden impedir la salida adecuada, impidiendo el correcto funcionamiento. Estos pequeños desechos son, en ocasiones, invisibles a simple vista, pero pueden restringir de manera severa la ventilación y la alimentación del sistema.
Por otra parte, las piezas cerámicas expuestas al fuego – en caso de haberlas- también sufrirán deterioro con el uso de la chimenea. Su sustitución es una tarea barata y sencilla que un experto realiza en minutos.
Además, y aunque los residuos que genera la combustión a gas son mínimos, el fuego puede oscurecer y afear diferentes partes del sistema, como son los vidrios, marcos y demás elementos. Para limpiar éstos, deberemos emplear productos adecuados, pues determinados químicos pueden reaccionar ante elevadas temperaturas y ajar aún más las piezas que pretendíamos limpiar. Para ello, nada mejor que conocer las indicaciones del fabricante acerca de los procesos de limpieza de las diferentes partes.
Del mismo modo deberemos proceder en la limpieza del interior del sistema. Si decidimos hacerla por nosotros mismos, es importante no sobrepasarnos en cuestiones técnicas cuando el gas está involucrado en la combustión de nuestra chimenea. Ante cualquier duda, lo mejor es dejar en manos de técnicos especialistas cualquier tipo de avería o puesta a punto en profundidad.
Conviene recordar que si la chimenea también dispone de piezas de mampostería expuestas a la acción del fuego, éstas también podrán limpiarse siguiendo los consejos del fabricante. Multitud de distribuidores de chimeneas disponen, además, de productos de limpieza especiales para este tipo de elementos.
La inspección debe incluir una revisión del exterior de la instalación, concretamente del vidrio de la misma, ya que si existen grietas o fisuras puede ser motivo de cambio. Por otra parte, es clave saber si la ignición primaria del gas se produce en buenas condiciones. En caso de ser necesario, el técnico revisará cada una de las válvulas, asegurándose de que no están obstruidas y de que ofrecen la llama de forma limpia y regular en cada una de las potencias.
Por último, el técnico revisará que no existan fugas, tanto en lo que se refiere al abastecimiento de gas de la instalación, como en la salida de humos de la misma.
En Chimeneas Llofrio, Murcia, somos especialistas en instalaciones a gas con más de 30 años de experiencia en este sector. Si tiene dudas acerca de su chimenea a gas, o precisa de una revisión de la misma, no dude en contactar con nuestros expertos a través de nuestra web: www.chimeneasllofrio.es